viernes, 3 de diciembre de 2010

SOCIOS DE HONOR


CONSTANT COMPAORE ARZOUMA

Sin Constant Compaore este proyecto no existiría. Constant fue nuestro guía en el viaje a Burkina Fasso del que salió la idea de la construcción de la escuela. Durante ese tiempo, Constant nos demostró a cada paso su capacidad, su dedicación y su responsabilidad. Nos presentó los aspectos más hermosos y peculiares de su pueblo, pero también todas sus carencias, que él y otras personas intentaban paliar ayudando a las niñas más pobres de Sansana para que pudieran ir a la escuela.
La absoluta confianza que pusimos en él, que siempre hemos mantenido y que nunca ha sido defraudada, fue la base de partida de nuestra implicación en este proyecto. Él nos permitió tener la certeza de que nuestra ayuda llegaría a sus destinatarios. Su apoyo y sus primeros contactos con el pueblo de Sansana y con las autoridades educativas y políticas nos animaron a lanzarnos a un proyecto que no sabíamos por dónde empezar.
Su colaboración ha sido indispensable en todas las fases del proyecto: se encargó de la compra y el transporte de material escolar para el curso 2009-2010, se desplazó a Burkina para preparar el viaje de Javier y le prestó una ayuda clave en los acuerdos con los políticos y funcionarios de Burkina con los que firmamos un convenio de cooperación, en la contratación de los trabajadores y en las relaciones con las personas del poblado. Viajó en el verano de este año a Sansana para informarnos de la marcha del proyecto y en todo momento ha estado dispuesto a prestarnos su colaboración. En la actualidad es el enlace con la persona que se encarga de la supervisión periódica sobre el terreno.
Constant, a pesar de su juventud, es un ejemplo de madurez, formalidad, seriedad, sensatez y dignidad y es también un ejemplo de cómo la inteligencia y el esfuerzo hacen a las personas superar las dificultades. Conocedor de la cultura de su pueblo y de varias de sus lenguas, está absolutamente comprometido con él, por lo que ha hecho suyo este proyecto y participa activamente.
La identidad y la cultura que trae Constant de su lugar de origen, Burkina Faso, se enriquecen con las de España, su actual residencia, en donde vive desde hace algunos años con su mujer, Mª José, y su hija Wendquni. Por todo esto, la Junta Directiva de la Asociación propone a Constant Compaore como Socio de Honor, en el convencimiento de que darle a Constant este título es, sobre todo, un honor para nuestra asociación.


JAVIER GARCÍA-RIVERA DE LA PLAZA


Hay una palabra que define mejor que ninguna la labor que realiza para la Asociación Javier García-Rivera: implicación.
Javier fue a Burkina Faso a construir una escuela, pero ni él ni nadie imaginaba en lo que se convertiría ese objetivo. El trabajo que Javier realizó en Sansana durante cinco intensos y agotadores meses superó con mucho nuestros propósitos iniciales.
Desde los primeros días, con la fundamental ayuda de Constant, desarrolló una labor frenética negociando firmemente con las autoridades, contratando al personal, comprando a un precio ajustado los materiales y peleando con los obreros que no seguían su ritmo de trabajo. Y todo ello en un país difícil y con temperaturas cercanas a los 50 grados.
Sensible a la detección de las nuevas necesidades que se fueron planteando sobre el terreno, fue proponiendo nuevas ideas y dándoles respuesta con eficacia y con una gestión económica rigurosa hasta llevar al proyecto a su dimensión actual, que ha suscitado la admiración de los cooperantes en la zona, que no podían creer que una sola persona, con un mínimo presupuesto fuera capaz de poner en marcha en tan poco tiempo y con éxito tantas iniciativas.
Javier ha impulsado la creación de asociaciones en el pueblo para la supervisión del proyecto y se ha convertido en una persona querida, admirada y respetada en la zona, prueba de lo cual fue la emotiva despedida que le dedicaron los alumnos y todo el pueblo de Sansana.
Pero su labor no terminó a su vuelta a Madrid. Desde entonces ha sido uno de los principales colaboradores de la asociación: ha asistido a reuniones de la junta directiva, ha colaborado en complicados trámites con bancos de Burkina Faso y nos ha mantenido en continua comunicación con las personas responsables en Sansana a las que conoce muy bien.
Responsabilidad, seriedad, rigor profesional, imaginación, capacidad de decisión y de trabajo, empatía y simpatía, en este joven arquitecto se reúnen estas y otras cualidades, pero sobre todas ellas la Asociación quiere destacar, como se ha dicho al principio, su implicación y su compromiso, que le han hecho dedicar gran parte de su tiempo al desarrollo del proyecto, pero también a su control y seguimiento. Estaríamos encantados de poder seguir contando con su colaboración.
También, en el caso de Javier, darle el título de socio de honor es sobre todo un honor para nuestra joven asociación.

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