viernes, 27 de mayo de 2022

FOTOS DE LA VISITA A LA FÁBRICA DE LA MONEDA DE SEGOVIA Y AL MONASTERIO DEL PARRAL

Escuela Sansana estuvo en Segovia de la mano de nuestra socia Beatriz Presmanes, que además de guía nos dejó entusiasmados con sus saberes.

Las palabras de Milagros Serrano dejan claro el éxito de este "Bonito día:

Amaneció frío y presagiando lluvia, pero poco a poco, sin prisa pero sin pausa, fue iluminándose. El sol acariciaba y el aire abanicaba. Segovia nos recibía con un cielo azul y unas nubes dignas de pintar o fotografiar.

Después de que el GPS nos hiciera un buen lío, con los consiguientes nervios porque se nos hacía tarde, llegamos al Monasterio de El Parral. Soberbio, su retablo, su arquitectura, sus mausoleos y su claustro nos resarcieron con creces. Desde el claustro la vista del Alcázar, para volver.

A continuación, visita a la Ceca o Casa de la Moneda. Muy bien explicado y un museo que uno no se debe perder al visitar Segovia. La maqueta con la construcción del acueducto muy, muy, ilustrativa y la “sala de máquinas” una joya.

La comida en El Ingenio Chico muy recomendable, tanto por trato como por calidad.

Los componentes del grupo unidos por una labor solidaria y por obtener más conocimientos ¿se puede pedir más?"
































































































































































domingo, 22 de mayo de 2022

sábado, 14 de mayo de 2022

martes, 10 de mayo de 2022

HOMENAJE A SARA. SARA Y SANSANA. COMPAÑERAS INSEPARABLES: FERNANDO ALONSO



Dos años sin Sara.

La noticia de su desaparición supuso para todos las que la conocíamos una tremenda conmoción, parecía que Sara no podía morirse nunca, que ese caudal de vida, esa energía desbordante, ese torrente de actividad y entusiasmo no cesaría jamás.

La comunicación de su fallecimiento provocó una avalancha de muestras de condolencia que inundó el correo de la asociación y nuestros correos personales, más de 400 mensajes de personas consternadas que necesitaban expresar su dolor y compartirlo con nosotros.

Era tal la presencia de Sara en nuestra asociación, que al principio pensábamos que ésta no sobreviviría a su ausencia y, aunque es verdad que nos sentimos huérfanos, que el vacío que nos ha dejado está con nosotros todo el tiempo, hemos continuado nuestra empresa con toda nuestra ilusión porque queremos continuar su obra, tan necesaria en ese desdichado país que es Burkina Faso, y para que Sara siga viviendo en cada uno de nuestros nuevos proyectos.

Desde el momento en la que la conocí, en 1996, recién llegado al instituto, quedé fascinado por esta extraordinaria mujer que te inyectaba vida, que te elevaba el ánimo, que enseguida te hacía partícipe de sus trabajos educativos y de su vida personal y que te arrastraba a cines, teatros, conciertos, excursiones, viajes.

De uno de ellos, por Mali y Burkina Faso, partió la idea de la Asociación. A la vuelta a Madrid, llenos de imágenes hermosas y tristes a la vez, con la audacia que da la inconsciencia de las dificultades, nos lanzamos a construir una escuela en uno de los pueblos que visitamos al final del viaje. La fiesta de cumpleaños que celebró Sara, en la que pidió que los regalos fueran donativos para la Asociación, marcó el arranque de nuestro trabajo en Burkina. 

El resto ya lo sabéis: 9 escuelas, 36 aulas y más de 2.000 alumnos escolarizados, más los que han pasado y pasarán por las aulas. Y también una jabonería para mujeres, letrinas, pozos, cocinas, casas de profesores, huertos…

Sara fue el alma y el motor de la Asociación, que le debe el impulso que la puso en marcha y con la que durante todo el tiempo se comprometió sin reservas y puso su amplia red de amistades a colaborar, contagiándoles el entusiasmo que irradiaba y enrolándolos como socios o amigos de la asociación. 

La dimensión de la labor que hacía Sara la hemos conocido después. Excedía con mucho su cargo de secretaria. Era tal su extraordinaria capacidad de trabajo que lo que hacía ella sola lo hemos tenido que repartir entre tres personas.

La actividad llevada a cabo por Sara en la asociación ha sido impresionante. Sobre todo en los primeros tiempos, lo ha hecho todo ella: ha buscado intérpretes, músicos, actores, cantantes, pintores, muchos de ellos de su inmensa colección de amigos, ha organizado las actividades y ha hecho las fotos, ha organizado excursiones, ha llevado y traído la artesanía africana de África a España y a los locales donde se hacían las actividades y ha sido la que más lotería vendía, comprometiendo a su familia y a todas las personas que la rodeaban.

Ella tuvo la idea de realizar el primer rastrillo, allá por el año 2012, quizá inspirada por su afición desmedida a comprar en cualquier mercadillo, en los que ejercía como nadie el arte del regateo, para luego inundar de toda clase de regalos a su familia y a sus amigos.

Ha participado en todos los rastrillos subiendo y bajando todo tipo de cachivaches del piso al coche, del coche al trastero, del trastero al local y viceversa, repartiendo publicidad, metiéndose en bares, iglesias, tiendas, parques, colegios…, marcándonos el camino a los que, menos decididos, la seguíamos y comprobábamos la simpatía con la que la gente recibía su mensaje.

Ha viajado a Burkina Faso, acompañada de Georges, supervisando los proyectos y resolviendo problemas. En uno de estos viajes visitó la escuela primaria de Holly y quedó tan impresionada por el gran número de alumnos que abarrotaban las aulas que puso todo su empeño en resolver esa situación. 

Cuando terminamos los proyectos que teníamos en marcha, iniciamos la construcción de una nueva escuela en Holly junto a la anterior. No le dio tiempo a verla terminada y la junta directiva decidió ponerle su nombre, como figura en los edificios de la escuela.

Prueba de la energía y la determinación de Sara en todos sus proyectos personales y colectivos y, cabe decir, en todos los momentos de su vida, son las palabras del director de la escuela secundaria de Holly, Douane Adama, en una de las visitas de Sara a Burkina. Dice así:

Guardo de ella el recuerdo de una dama de hierro. Era una luchadora, llena de energía y vida a pesar de su avanzada edad.

En la visita al lugar donde se iban a construir los edificios de la escuela, pude darme cuenta de la resistencia de la dama. Caminaba al ritmo de una atleta mientras se abría camino fácilmente a través de la vegetación bajo un sol abrasador. Y mantuvo el mismo ritmo para recorrer el perímetro de este sitio de unas diez hectáreas

Sara estuvo trabajando por la asociación hasta los últimos días de su vida. En febrero de 2020, Pedro, nuestro tesorero, y yo fuimos a su casa para que nos explicara cómo se pasaban los donativos a Hacienda. Nos regañó varias veces, prueba de que conservaba todo su vigor, y no nos dejó pasar ni uno solo de los certificados, los pasó todos ella.

A finales de febrero, fui a verla al hospital en el que estaba junto a su hija Lucía, y ahí estuvimos resolviendo detalles de la última asamblea en la que dejaría su cargo de secretaria mostrando hasta el último momento su carácter directo y resolutivo.

Es difícil distinguir entre la relación personal y profesional que he mantenido con Sara, porque estaban fundidas, y esta buena relación personal, no exenta de discusiones, ha servido para llegar a acuerdos y superar las muchas dificultades que hemos tenido que afrontar en este proyecto. Tengo a Sara muy presente: todavía sigo pensando inconscientemente en llamarla para pedirle su opinión sobre algunas decisiones o para comentar algún incidente, aunque la conozco tanto, que estoy seguro de saber lo que me diría.

Hemos hablado y discutido durante horas, hemos trabajado con una ilusión para mí y, creo que para ella también, desconocida y muy estimulante, hemos vivido la emoción y el vértigo de iniciar una experiencia incierta en un país complicado, sin apenas dinero y sin saber una palabra de cooperación, equivocándonos una y otra vez y siempre saliendo adelante con más ganas de continuar.

Sara era una persona esencialmente sociable, que disfrutaba reuniendo y poniendo en contacto a todos sus amigos, que éramos prácticamente todos los que conocíamos y quedábamos rápidamente seducidos por su extraordinaria personalidad. Ha vivido intensamente, ha devorado la vida con avidez. Amante decidida de la acción, disfrutaba haciendo cualquier cosa y, siempre que podía, varias cosas a la vez. Muchos de nosotros necesitaríamos el doble de años para vivir lo que ha vivido Sara.

Amante de la tecnología, su cocina era un gran laboratorio en la que no faltaba un artefacto de los que enseguida te explicaba sus ventajas: cafeteras, microondas, tostadora, hervidor, thermomix, con un enchufe cada medio metro y que manejaba con rara habilidad.

Ha hecho las mejores fotos, se ha metido entre los ancianos de Yemen, en las casas de los africanos, en una boda musulmana, en la cueva del fetichero, en el altar prohibido de los ancestros. Primero disparaba la foto y después preguntaba si se podía hacer.

Extrovertida, divertida, capaz de reírse de sí misma. Con la misma sonrisa de satisfacción se sentía estupenda vistiendo un día el traje más elegante y al día siguiente luciendo el vestido más barato del mercadillo.

 Y si me permitís, voy a terminar rescatando unas líneas de un escrito que le hice con motivo de su 60 cumpleaños:

Reconocida por sus alumnos, admirada y envidiada por los profesores, solicitada por sus amigos, querida por todos. Cuando empieza con “te cuento” hay que echarse a temblar. Narradora incansable, en sus relatos enseguida aparece un océano de hermanos, primos, tíos, cuñados, hijos, tías y titas, parientes más o menos próximos, amigos, parientes de amigos y amigos de parientes que en su relato aparecen como personajes próximos con nombre, apellidos y apodos de los que hace uso con soltura como si los conocieras de toda la vida, que cuenta sus historias una y otra vez y siempre con el mismo entusiasmo de la primera y que siempre tiene un nuevo personaje del que nunca habías oído hablar que surge de su prodigiosa memoria y al que ilustra con gran profusión de fechas y citas textuales y llena con una infinidad de detalles y anécdotas

Verla es un espectáculo. Con esos ojos claros, abiertos de par en par, que parece que oyen y que absorben lo que dices antes de que salga de tu boca. Con ese pelo rebelde, castigado sin tregua por aguas saladas y dulces y que apunta a todos los rumbos de la rosa de los vientos. Con ese paso rápido que la lleva de un lado a otro para apurar el tiempo, para no dejar de vivir ni un instante. Disfrutadora, avara del tiempo, pero generosa con él cuando se trata de sus amigos

En plena actividad vital: deportista, amante, infatigable viajera, cantante, bailarina, nadadora en aguas frías, excursionista, administradora de fincas, gestora de cientos de amigos, organizadora de fiestas, cocinera exprés, anfitriona ejemplar, madre de dos chicas maravillosas. Alma del proyecto de Escuela Sansana, al que se ha entregado con todas sus fuerzas, enredando en él a su legión de amigos de los que, me temo, formáis todos parte y en el que confío que sigáis colaborando.

HOMENAJE A SARA. PALABRAS DEL CORAZÓN: GEORGES EN LA VOZ DE LUCÍA



Es difícil describir la pareja dentro de una relación hecha de tantas cosas bonitas. ¿Cuáles son las palabras exactas que podrían definir a Sara de la manera la más completa y más fina? Busqué y busqué.

Exigencia. Para mí es la exigencia. Sara tenía un nivel de exigencia personal que se encontraba en su manera de ser y en su propia voluntad para actuar. La elegancia y la gracia para resumir.

Tenía también este nivel de exigencia en el ámbito familiar y personal. En nuestra pareja, siempre hemos aceptado y sostenido los retos del otro. Atravesar la Sierra Nevada por las cumbres de 3.000 m, bañarnos en mayo en Asturias, y nunca olvidaré su dedo en dirección hacia mí para bailar el pasodoble en un callejón de Padrón. La confianza y el cariño.

Y esta exigencia se encontraba también en un dominio más amplio y público. Es decir, en Escuela Sansana. Recuerdo a Sara cuando estuvimos por primera vez en el mercado de Gaoua, sentada con las vendedoras, sacando fotos con ellas y todas riéndose. La recuerdo también con los políticos negociando sin descanso hasta convencerlos de todo. La recuerdo explicándoles a las mujeres la aportación de la Educación.

Recuerdo a Sara visitando en el campo vacío, el sitio reservado para el colegio de Holly. Hacía tres años que la gente esperaba esta construcción. Dos años después, la construcción hecha, el Jefe de Tierra le dio a Sara el bastón de mando, símbolo de poder y sabiduría, y me dijo después: «Cuando la vi corriendo, mirando, preguntando, me di cuenta de que por fin tendríamos nuestro colegio». La energía y la voluntad. La solidaridad. Este día Sara hizo más por la promoción de la mujer que cualquier manifiesto político.

Terminaré con una anécdota: En 2016, después del atentado sangriento de Uagadugu, todas las ONG evacuaron Burkina. Vimos en Gaoua el comedor vacío un día tras otro. Pero, siguiendo los consejos de un amigo que había vivido en Costa de Marfil, sabíamos que nuestra mejor protección era el pueblo Lobi, y, es más, teníamos muy claro que nuestra vía de escape en caso de emergencia era o Ghana o Costa de Marfil. Nos quedamos solos. Era un poco extraño, pero Sara cumplió lo previsto. Entusiasmo, Coraje y Bravura.

No sé si estas palabras son un retrato completo. No he descrito nada de la relación tan especial que tenía con sus hijas, Lucía y Julia, sus nietos, Manu y Simón, su familia, Cuesta y Ramallo, sus amigos. Amor y Amistad.

Hacía veinte años que nos conocíamos, diez años viviendo juntos. Sara me decía siempre: «Somos diferentes, pero somos dos piezas de Tetris, encajamos muy bien» El humor. Terminaré diciendo que les deseo a todas las parejas una relación tan hermosa: Respeto y cariño, más la insolencia del Amor.

Gracias a Escuela Sansana, gracias a los amigos, gracias a las familias Cuesta y Ramallo y gracias a Lucía que accedió a leer este breve homenaje.

domingo, 8 de mayo de 2022

HOMENAJE A SARA. VOCES HERMANAS: FERNANDO Y PICO

 Palabras de Fernando



Hoy estamos aquí, algo más de los años después de su partida definitiva, para recordar a nuestra hermana Sara y rendirle un sentido homenaje a su memoria.

Esta Fundación, a la que ella dedicó tanta energía, entusiasmo y dedicación, es básicamente una obra suya, indudablemente con el apoyo de un equipo de personas que también colaboraron para sacarla adelante y que hoy en día continúa con sus actividades…

En mayor o menor grado, todas las personas aquí presentes conocimos y tratamos a Sara y, por lo tanto, mi intención es solamente daros mi visión personal sobre los aspectos que considero más destacables de su vida…

Una mujer luchadora, combativa, de fuerte personalidad, de profundas convicciones ideológicas, tanto de raíces feministas como de lograr, como máxima pretensión, la justicia social para todos lo seres humanos.  Y, como no podía ser menos, profundamente republicana…

En cuanto al aspecto familiar, le correspondió ser la hermana mayor de siete hermanos en total, y fue algo que ejerció siempre con su mayor voluntad, aunque por supuesto con disparidad de criterios en ocasiones, pues así es la vida.

Quiero destacar también su labor docente, que fue larga y muy brillante, incluidas muchas publicaciones dentro de su campo profesional, el de la Física y la Química…

En mí has dejado huella, Sara, y, aunque no siempre nos comprendiéramos bien, te agradezco profundamente toda la ayuda que en la familia y en mí pusiste… Gracias, hermana.

Y, sobre todo, mi mayor agradecimiento es por haber traído al mundo y sacado adelante a dos de los mayores tesoros de mi vida, Lucía y Julia, que siguen iluminándonos con su luz… Como dice la copla: “Con eso tengo bastante”.

Para terminar, como poeta que soy, para ti, Sara, y para todos los que te seguimos queriendo, unos versos del inmortal Francisco de Quevedo. De su soneto titulado “Amor constante más allá de la muerte”, esos versos finales:

“su cuerpo dejará, no su cuidado:

serán ceniza, mas tendrá sentido;

polvo serán, mas polvo enamorado”.

¡Gracias por tu vida, Sara! Seguiremos aprendiendo


Palabras de Álvaro

HERMANA PEQUEÑA, PERSONA GRANDE



1.- INICIO

Hola Sara:

Quisiera decirte hoy a través de estas palabras, algo que la vida de forma injusta, no me ha permitido trasladarte, y que sin duda se me han quedado en el tintero. Me resulta difícil empezar, pues son muchas las cosas que te diría, pero como tengo un poco la misma naturaleza que tú, lo necesito, e intentaré sintetizarlas.

No quiero llenarme de palabras grandilocuentes, ni de loas que ni tú ni yo necesitamos, hemos sido siempre más directos y en general nunca nos dolieron prendas. Es una característica de la familia no callarnos ni debajo del agua, nunca aprendimos de lo que decía el filósofo “uno es dueño de sus silencios y esclavos de sus palabras

La tristeza y soledad con la que te has ido ha sido dura e inmerecida, pero desgraciadamente las cosas son como son, no como nos gustarían que fueran; y la vida, y las malditas circunstancias vividas, nos han obligado a ello. Y nosotros nos quedamos desde la distancia como espectadores incapaces de entender nada.

¿Has visto a cuantos has juntado aquí? No es sorprendente. Un montón de personas, amigos, familia, en las que has dejado un mensaje y un recuerdo de tu propia vida; y algo habrás sembrado para estar rodeada de tanta gente, ya que tú para todos nosotros has sido un verdadero ejemplo de ayuda y entrega. Estoy seguro de que muchos de los aquí presentes han recibido y compartido algo de ti y guardan anécdotas entrañables.

 

2.- HERMANA PEQUEÑA

¿Estás contenta? Seguro que te mereces esto y mucho más. Es cierto que nuestras relaciones desde esa posición de hermana mayor, siempre chocaban o podían chocar un poco, desde tu papel; ya que era mucha la tropa a dirigir, y a ti te gustaba hacerlo empleando tu carácter y empeño.

Pero en el fondo fuiste una hermana pequeña, y así lo reconocíamos. Recuerdo cuando hablábamos, y ambos nos reíamos con ello, destacando la vitalidad y espíritu de cada uno de los hermanos. Tú por tú carácter y forma de ser, tu jovialidad y fuerza a la hora de afrontar las cosas y los esfuerzos, siempre te hacía considerar que eras la más pequeña de todos, y.… no te faltaba razón. Arrastrabas una energía sin igual, por tu impulso y resolución, que destacaba entre todos los hermanos.

Ahora en ese lugar que, seguro que estás, y que sin duda te mereces estar; pues las personas más grandes y limpias de corazón como tú, no necesitan más verdades que las de su propia vida, te tengo envidia. Estás con Padre y Madre y con nuestra hermana Mini. Estás disfrutando de un merecido descanso, y aunque ninguno hubiéramos querido que te fueras, ya que lo has hecho demasiado pronto, tenemos que aceptarlo. Sólo me queda el consuelo de saber que “desde arriba”, y empleando tú forma de ser y carácter, estarás velando por nosotros, ayudando como siempre lo has hecho.

Tú me pusiste ese nombre de “Pico”, y la verdad, y nunca te lo pregunté, supe su porqué, y hoy me siento muy orgulloso el que mucha familia me llame así.

La figura de hermano, es difícil de contemplar si no se alimenta de una convivencia en la que los roles muchas veces ya están dados, y cada uno juega su papel, un tanto difícil y en algunas ocasiones poco entendido; y tú, aunque “la pequeña” en cuanto a condición física, fuiste “la mayor”, siempre un poco arrolladora y muy exigente con todos.

Recuerdo muchas anécdotas contigo, pero sobre todo guardo un cariño muy especial por aquel viaje que hicimos y compartimos los dos solos hace muchos años, en un recorrido en bicicleta por el Canal de Castilla, lo guardo como un tesoro en la cajita de mi memoria. Así eras y fuiste tú, y así te guardo, dispuesta a afrontar cualquier reto, cualquier aventura, lo mismo a pie que en bicicleta. Hoy sonrío al acordarme de aquellos momentos vividos.

Recuerdo también cuando yo con 17 años, había terminado COU, y no sabiendo qué carrera estudiar te pedí consejo, como hermana mayor que eras. Te pregunté de una forma un tanto ingenua: ¡me han dicho que la carrera de Económicas está muy bien, pero… habrá que estudiar algo, ¿no? Entonces me miraste y con una sonrisa un tanto irónica me dijiste:” Pico, no es muy difícil, pero no te van a regalar el aprobado, y por supuesto tendrás que estudiar”. Después de esas palabras te miré de una forma escéptica, y seguro que algo decepcionado pensando si yo iba a ser capaz de afrontar ese reto tan complicado.

Tantos momentos vividos, tantos momentos en la memoria, que no pueden olvidarse y forman parte de nuestra vida. Ya Montaigne decía “cada uno es el contenido de su propio libro” y el tuyo siempre fue escrito desde tu propia sinceridad y autenticidad, con unas tapas muy hermosas y desde unos ojos verdes profundos y arrebatadores.


3.- PERSONA GRANDE

Aquí es donde destacabas sobremanera. Todos los que estamos en este acto te hemos tenido cerca y hemos percibido ese apoyo incondicional de tu parte. Te tendríamos que dar las gracias, por todo lo que nos diste y toda esa ayuda recibida

¡Fíjate, has llegado hasta África, cuanto bien entregado con entusiasmo y qué hermosa tarea, y cuantas sonrisas y vida resueltas! ¡El trabajo continuará con tus compañeros!

La forma arrolladora de tu carácter, el entusiasmo de tus actos, la exigencia de una perfección a la hora de hacer las cosas, nos ha hecho correr un poco detrás de ti, con la lengua fuera, pues era mucha la velocidad que llevabas, y no teníamos la misma fuerza ni ímpetu que tú.

Tu figura como madre, tu figura como amiga, tu figura como compañera de trabajo, tu figura como hermana, tu figura como montañera, tu figura como sansanera, tu figura como……han sido de tal dimensión, que me resulta imposible ponerlas medida; y por eso creo que cada uno desde su interior puede pensar en ello, y ver como Sara ha influido y estado presente en cada vida. Has sido tanto una Madre Teresa de Calcuta como Superman.

Los ejemplos están para seguirlos y no olvidarlos; y tú en muchos aspectos, has sido guía y sembradora de ellos. Cada persona está llena de virtudes y defectos, de sus propios talentos, y ninguna está libre de ellos. Somos heterogéneos y diferentes, y por ello nos tenemos que saber aceptar y respetar. Yo en ti destacaría la Generosidad y como punto contrapuesto la Exigencia, ambas nos las has dado a raudales.

Como ves, no nos callamos, y la sinceridad es algo que nos caracteriza. No quiero regalarte nada que no te hayas ganado, no ha sido mi forma ni la tuya, y además no lo admitirías; y por eso desde mi corazón, desde mi tristeza y mi pesar pues ya no estás aquí, quiero acordarme de ti, quiero que vayas conmigo, quiero que, como hermana pequeña, y persona muy grande me acompañes y me ayudes y des consejo siempre, pues te necesito, siempre te voy a necesitar, no puedo ni quiero renunciar a ti. Ahora sí tienes una tarea que sé que la afrontaras con tu firmeza y dedicación.

Sara, como no quiero ser pesado, voy a despedirme. Es seguro que me hayan quedado muchas cosas pendientes, y sé que sabrás perdonarme por no habértelas dicho; pero desde mi sentimiento de hermano quiero llevarte conmigo, no te olvido, pues jamás podría olvidarte, y ahora solo quiero pedirte, y esa es una solicitud que quiero hacer extensiva para todos: ¡Camina con nosotros! ¡Tú tarea no ha terminado!

Para acabar quiero dedicarte esta pequeña poesía que he escrito, y he titulado “El Viaje”:

                     Sonrisas y manos tendidas en el camino de la vieja locomotora.

Soledades y alguna tristeza compartida, en esta curva y en aquella cuesta.

Seguimos adelante con el ritmo habitual, resoplando, echando humo traquetea y avanza el tren.

Sigue la vía y mantiene su rumbo, sin dudar, sin prisa ni pausa, no hay límite.

Sara, ha sido largo el camino recorrido contigo hasta aquí, para tanta cercanía sentida en el corazón; el meteoro de tu luz brilla en el firmamento y no se extingue.

El sol de la felicidad nos ilumina, hacia un trayecto futuro, lleno de personas, lugares y aventuras.

¡No hay cambio de agujas! ¡Tú generosidad nos ilumina! Ya no estás, pero seguirás acompañándonos en este viaje.

Lento, lento, pero siempre firme avanza el convoy, con brío y sin dudar en su marcha, hacia un horizonte lejano, muy lejano, en compañía de todos nuestros sueños.

 ¡VA POR TI SARA!

FOTOS DEL HOMENAJE A SARA CUESTA


Este sábado, 7 de mayo, el recuerdo de Sara Cuesta nos convocó y pudimos celebrarlo desde la tristeza y la alegría de poder estar unidos en un homenaje que desde todas las voces de los que allí estábamos era necesario para acompañarla.                                                                                             
Familia, amistades y sansaneros recordamos su personalidad tan potente y hermosa, escuchamos sus canciones y poemas de juventud, acompañados por temas al piano de María Ángeles Beitia que emocionaron a todos.  Su papel  imprescindible en nuestra Asociación, culminó en palabras alegres y entrañables de su amigo y compañero en el proyecto de nuestra Asociación, Fernando Alonso.
La música estuvo presente  en la maravillosa voz de su amigo Luis Aguado que culminó con un baile espontáneo que a Sara le hubiese encantado y nos unió desde el corazón.

Agradecemos la asistencia de José Luis, María, Ana y Eduardo de APROEDI y las cariñosas palabras de José Lues sobre la especial relación que han tenido las dos asociaciones desde la creación de Escuela Sansana.

Terminamos con  palabras de su hermana Teresa:
"Graciasssssss a todo Sansana x organizar este homenaje a mi hermana Sara tan emotivo, entrañable y bonito. Tod@s necesitábamos estar de alguna manera con ella después de .... lo sola que se nos fue. Os queremosssss"
❤️💚❤️💚❤️💚

¡¡La pena de los que se nos van se mitiga celebrando sus vidas y todo su amor y eso hicimos el sábado por ti, Sara!!